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LEADERBOARD
 
 
1

Scottie Scheffler -11 F -4 66 72 71 68 277
2 ludvig Åberg -7 F -3 73 69 70 69 281
3

Collin Morikawa -4 F +2 71 70 69 74 284
3

Max Homa -4 F +1 67 71 73 73 284
6

Bryson DeChambeau -2 F +1 65 73 75 73 286
22 Rory MciLory +4 F +1 71 77 71 73 292
22 Joaquin Niemann +4 F +1 70 78 71 73 292
35 Camilo Villegas +6 F -3 74 75 76 69 294
43

Phil Mickelson +8 F +2 73 73 74 74 296
45 Jose Maria Olazabal +9 F E 77 73 75 72 297
45

Jon Rahm +9 F +4 73 76 72 76 297
53

Neal Shipley (a) +12 F +1 71 76 80 73 300
58

Vijay Singh +14 F E 75 73 82 72 302
60

Tiger Woods +16 F +5 73 72 82 77 304
CUT

Sergio Garcia +7 - - 72 79 - - 151
CUT

Victor Hovland +8 - - 71 81 - - 152
CUT

Jordan Spieth +9 - - 79 74 - - 153
CUT Fred couples +12   - 80 76 - - 156
CUT Emiliano Grillo (Aficinado) +15 - - 76 83 - - 159
 
EDITORIAL

Scottie Scheffler es el mas Brillante del Golf Mundial

 
     Mientras Scottie Scheffler caminaba hacia el Green del par 3 en el hoyo 16, exactamente el domingo por la tarde, con la laguna a su izquierda y los espectadores que lo apoyaban a ambos lados del fairway, Scottie, ni siquiera intentaba conocer el Leaderboard, solo mostraba una profunda concentración.
La ventaja de Scheffler en ese momento era de tres golpes sobre su más próximo seguidor, había clavado su pelota a tres metros del Hoyo, un par le bastaba para perfilarse a quedar con la 88° edición del Master de Augusta.
Bueno, fue allí donde Scottie emboca su putter y anota el último birdie del torneo, el futuro padre se aseguraba en medio del calor del día y de la locura del público, el mejor jugador del mundo había congelado su segunda victoria en el Masters.
Con un 68 en la ronda final durante el cual mostró el talento que lo ha llevado al No. 1 del mundo, Scheffler, de 27 años, mantuvo el acelerador a fondo – logrando seis birdies en un tramo de nueve hoyos – y, evitó los errores que sabotearon las tarjetas de tres contendientes que habían compartido el liderato con él a mitad de la ronda.
"Es difícil expresar con palabras lo especial que es esto", dijo Scheffler. “Ha sido una semana larga, una semana agotadora. Fue una batalla. El campo de golf fue muy desafiante y estar sentado aquí usando esta chaqueta nuevamente y llevándola a casa es extremadamente especial”.
Gano su primer Masters de 2022, donde Scheffler llegó al tee 72 con una ventaja de cinco golpes donde luego se tomaría los inolvidables 4 putts para llevarse su primer Chaqueta Verde.
Este domingo llegó punteando, esta vez con cuatro impactos de ventaja, digamos que esto le daba cierto respiro, la realidad que este escenario demuestra su claro dominio como número UNO.
Es por eso que Scheffler tiene dos Green Jackets obtenidas en cinco ediciones, el único que tuvo mejor record fue Horton Smith, quien ganó la primera y tercera edición del Masters, en 1934 y 1936.
Horton moriría muy joven, a los 56 años, pero jugo todas las ediciones del Master, incluida la del año 63 fecha en que un Hopkins lo ingresaría en el misterio.
Las dos victorias de Scheffler en el Masters se produjeron siendo este el No. 1 del mundo el único que tiene este record es Tiger Woods que también gano dos Green Jackets mientras ocupaba el primer puesto del ranking.
Scheffler terminó con 277, 11 bajo el par del campo, cuatro golpes por delante del sueco Ludvig Åberg, quien hizo un valiente esfuerzo en su debut en el Masters.
Max Homa, Collin Morikawa y Tommy Fleetwood empataron en el tercer lugar con 4 abajo del par.
La realidad que estos scores no reflejan lo ocurrido durante el juego, al menos en los primeros 9 hoyos de la última jornada.
“Gran trabajo”, le dijo Homa a Scheffler mientras se acercaba a la sala de puntuación en la Casa Club. "Felicitaciones. Disfruta del bebé”.
Ya sea que la esposa de Scheffler, Meredith, que estaba en su casa en Dallas, va a darle un niño o una niña en las próximas semanas, por lo que una manta verde sería apropiada.
“Vuelvo a casa”, dijo Scheffler después de ganar su tercer evento de 2024. “Estaré en casa lo más rápido que pueda. Es un momento muy especial para los dos (Meredith). No puedo expresar con palabras lo que significa ganar este torneo. Realmente no puedo expresar con palabras cómo será ser padre por primera vez”.
La victoria de Scheffler en 2022 tuvo su desenlace en lo sucedido en el tercer hoyo de la ronda final, cuando Scottie emboco su birdie y Cameron Smith se fabricó un bogey.
Esta vez, los puntos de inflexión llegaron un poco más tarde, después de que Homa hiciera el birdie número 8, empatándolo por el liderato con 6 abajo del par con Scheffler, Åberg y Morikawa.
Fue entonces cuando se desato una cascada de malos golpes y todos los contrincantes parecía que jugaban para Scheffler.
Morikawa tuvo el primer error, cometiendo un doble bogey en el noveno hoyo después de mandar su drive al monte de la derecha.
Luego cometería otro doble bogey en el hoyo 11, cuando, con su hierro 5 mando la pelota al agua de la Izquierda.
“Me volví codicioso”, dijo Morikawa, dos veces campeón de un major que ha estado buscando el tercero y luego su Gran Slam durante los últimos dos años. “Al ver a Scotty hoy, sé que es factible para mí, sólo tengo que juntar las piezas”.
Su costoso amerizaje siguió al de Åberg que venían delante en la penúltima pareja, el joven sueco había cometido el mismo error, anulando su putt para birdie cuesta abajo de 12 yardas en el noveno hoyo, que le había dado brevemente la ventaja en solitario con 7 abajo del par.
El error crítico de Homa ocurrió en el par 3 del hoyo 12, un hoyo sutilmente genial que parece mostrar siempre los dientes afilados sobre todo en las rondas finales.
El golpe de salida de Homa desde 159 yardas, aterrizó en el Green, pero cruelmente saltó hacia la vegetación, por lo que tuvo que declararla injugable clavando un doble bogey.
“Mi sensación es agridulce, porque me siento que he logrado algo, pero siento que en realidad no significa nada en el gran esquema de las cosas”, comentaba en forma filosófica el californiano Homa, quien tuvo su mejor resultado en un major a pesar del contratiempo.
“Pero siento que aprendí. Siento que di un gran salto. La retórica sobre mí, y esto también viene de mí mismo, es que trate de manejar mi cabeza, y lo hice durante los cuatro días. No logre mi 66 del primer dia por el bogey del 18 y dormir con esto todos los días, esta sensación de mochila en mi espalda”.
Åberg se recuperó encadenando birdies en los hoyos 13 y 14 para mantenerse a la vista de Scheffler y llevar algo de esperanza y convertirse en el primer ganador debutante en el Masters, record del año 79 que ostenta un joven Fuzzy Zoeller hace 45 años.
“Lo que uno sueña es simplemente estar en esta situación y sentir los nervios y sentir la presión caminando por los últimos dos hoyos”, dijo Åberg. “Esto es lo que tengo
"Esto es lo que he querido hacer durante mucho tiempo y es bastante surrealista tener la oportunidad de experimentarlo".
Por su parte el caddie y amigo Ted Scott comentaba “Simplemente estaba concentrado en hacer las cosas de Scotty Scheffler”.
Ted Scott, estuvo junto a Bubba Watson en las victorias del Masters en 2012 y 2014 y ha estado con Scheffler en nueve victorias en los últimos 26 meses.
Cuarenta años después de que el texano Ben Crenshaw encadenara birdie en los hoyos ocho, nueve y diez de la ronda final camino a ganar su primera chaqueta verde, Scheffler, que vive en el estado de la estrella, finalmente hizo lo mismo.
En el octavo, Scheffler embocó un complicado putt de 20 yardas, lo que llamó "el mayor impulso que tuve".
Desde 102 yardas en el hoyo 9, casi metió un wedge desde afuera y anotó un birdie, luego en el décimo, donde Crenshaw, metió un putter legendario de unos 25 yardas en 1984.
Su putt no tan excelente en ocasiones le condiciono su juego en los últimos meses, pero el trabajo con el instructor Phil Kenyon ha dado sus frutos.
Esta semana, particularmente el domingo, Scheffler hizo lo tenía, mejorar su putt y mantener su buen juego corto que lo marca a lo largo de los años, desde su juventud en Texas.
“Pasé mucho tiempo en el área de juego corto en Royal Oaks cuando era niño, y había muchos profesionales a los que solía observar y trataba de jugar con ellos”, recordó Scheffler esta semana.
“Todavía no podía competir con ellos en el campo de golf, pero sentí que podía competir con ellos en el putting green. Siempre fue divertido para mí conocer a algunos de los profesionales cuando era niño y desafiarlos a un concurso de juegos cortos. Creo que aprendí desde muy joven cómo jugar bajo presión”.
Scheffler cometió un bogey en el complicado hoyo 11 que había ya había descarrilado a Åberg y Morikawa, luego negoció el hoyo 12 con estilo primando la seguridad, evitando el peligro pegando con un hierro 9 al lado izquierdo del green y dos putts desde 16 yardas.
“Sabía que había birdies en los últimos nueve hoyos”, dijo Scheffler. "Tenía muchos jugadores realmente talentosos tratando de perseguirme pero también confie que no todos iban a lograrlo".
La misión se cumplió cuando hizo dos putts para un birdie (-4) en el 13 y acertó su aproach a menos de un metro para otro birdie en el 14.
Luego logro hacer su cuarto birdie en el 16 después de pegar con total efectividad su hierro 8.
Hace dos años, cuando el resultado estaba asegurado a falta de un hoyo por jugar, Scheffler perdió su concentración y se tomó cuatro putts en el Green del hoyo 72.
El domingo, lo tuvo mas fácil sobre el Green. “Me alegro de haber bajado mi promedio de putt en los Hoyos 72”, bromeó, siendo nuevamente el último en reír.
“Mis prioridades cambiarán muy pronto”, dijo, anticipando su llegada a ser padre. “Mi hijo o mi hija serán ahora la principal prioridad, junto con mi esposa, por lo que el golf probablemente ocupará el cuarto lugar. Pero todavía me encanta competir. No planeo dejar de prestar atención a la pelota en el corto plazo, eso es seguro”.
Finalmente estos dichos no dejan de ser una buena noticia para quienes intentan vencerlo en algún momento.
 
El mejor jugador del Mundo se lleva el 88° Master de Augusta
Scheffler tiene dos Green Jackets donde solo participo de 5 Ediciones, Record que solo ostenta Horton Smith 1934 y 1936
Tedd Scott es su caddy pero primero es su Amigo
Hoyo 72, Aproach y Putt

Por:  CK

 

 
EDITORIAL

Vengo a traerles un Sueño por Bobby Jones...   AUGUSTA NATIONAL

 

     Arranca una Edición más del Master en Augusta National, un campo que tiene su Historia a través de un hombre inmenso en su vida personal y en el mundo del Golf.
Augusta National fue el sueño de Bobby Jones y, pudo concretar con la colaboración de Clifford Robertson, un empresario que logró sortear la Gran Depresión que azotó a los norteamericanos.
El Club que hoy alberga el Masters abrió sus puertas en diciembre de 1932, aunque su legendaria historia, está íntimamente ligada a la de Bobby, actor principal en el mundo del golf desde muy joven.
Comenzó a jugar golf en 1908 cuando tenía solo 6 años y aquel verano ya ganó su primer trofeo, en un evento infantil en East Lake.
Todavía hoy se puede decir que es el único jugador que ha completado el Grand Slam del golf en una misma temporada y, de hecho es un término que se aplicó por primera vez para definir su proeza.
En 1930 se gana el British Open, el US Open, el US Amateur y el British Amateur. Eran los cuatro grandes de una época en la que algunos golfistas desarrollaban su carrera desde el plano amateur.
Bob tenía el título en Ingeniería Mecánica por Georgia Tech y de Literatura Inglesa de Harvard, e incluso aprobó el examen para poder ejercer de abogado.
Eso sí para alcanzar el éxito deportivo tuvo que luchar duro para templar su carácter.
Es conocido su episodio en el Abierto Británico de 1921, en el Old Course de St. Andrews, cuando rompió su tarjeta en el hoyo 11, durante la tercera ronda, después de dar cuatro golpes para salir de un bunker.
Tenía 19 años y fue un momento decisivo, dos años después ganó su primer major -de un total de -13, el US Open.
Pero su carrera golfística fue muy corta, ya que se retiró con 28 justificando su decisión: "Siento que mi profesión requiere más de mi tiempo y esfuerzo", dijo. En 1928 se había convertido en abogado de Coca Cola y todas las grandes empresas soñaban con que tal personalidad trabajara para ellos.
Por su parte, Roberts Clifford destacó como banquero de inversiones, un corredor de bolsa de Wall Street que supo dónde invertir que salió vivo del Crash del 29.
En 1921 se hizo con el 15% de Reynolds & Company y luego se hizo con la cuenta de General Motors también, movió mucho dinero gestionando terrenos petrolíferos en Texas.
Él fue quien guió a su amigo hacia lo que sería un campo de ensueño, en 1931 Cliff descubrió un terreno a las afueras de Augusta para el proyecto que Jones tenía en mente.
Éste dijo: "Parece que este lugar estuvo aquí esperando durante años para que se construya un campo de golf" y, con Roberts como mecenas, arrancó la fantasía.
Comentaba Roberts que: "Tuvimos que poner seguridad antes de empezar a construir el campo porque iban más de 200 coches a ver dónde se iba a construir el campo soñado por Bobby".
Eligieron al escocés Alister MacKenzie (conocido por esta comarca a los dos lados del Río de la Plata) como arquitecto porque, al igual que Jones, pensaba que el Old Course era el mejor campo de golf del mundo.
Los diseños del británico jugaban con la confusión y el engaño, y no faltaban las trampas.
La idea inicial para Augusta National era la de superar pronto los 1.000 socios y cobrar 5.000 dólares de cuota de entrada y mensualidades de 60 dólares.
Cuando se disputó el primer Masters, en 1934, el club tenía tan sólo 76 socios, pero fue aquella edición inaugural, la que empezó a diseñar el futuro evento, pues quien fuera alguien en el mundo del golf quería estar en el torneo de un héroe como Bobby Jones.
Roberts quiso llamarlo 'The Masters', pero su colega lo veía como algo pretencioso, así que se denominó Augusta National Invitation Tournament hasta, que en 1938 se convirtió finalmente en The Masters Tournament.
La cosa comenzó a tomar vuelo solamente un año después cuando con el golpe en el hoyo 15 de Gene Sarazen elevó la fama del torneo.
Roberts también se encargó convocar a toda la prensa inclusive, la prensa británica que, una vez en Nueva York, viajaría en tren a Atlanta y gozarían de gastos pagados.
Gracias a la televisión y a golfistas como Sarazen, Snead, Hogan, y sobre todo Palmer después, el torneo se convirtió en el más popular del mundo.
Cliff fue el primer presidente del Augusta National, mientras que Bobby seria Presidente de honor del club a perpetuidad en 1966.
A partir de 1948 Jones tuvo que dejar de jugar al golf, pues le diagnosticaran una rara enfermedad del sistema nervioso central que afectaba a su espina dorsal y que le llevó a hacer uso de un bastón permanentemente.
El legendario golfista falleció a los 69 años en 1971, por su parte, Roberts se suicidó cerca del hoyo 10, en 1977 a la edad de 83 años.
Enfermo, se había ido a pasar sus últimos días a la casa que tenía dentro de Augusta.
En el plano deportivo, Bobby Jones jugó una docena de Masters, aunque su desempeño en la 'trampa' que había ayudado a crear no fue el deseado, esencialmente porque su nivel estaba lejos del que tuvo años atrás.
Simplemente estaba oxidado y a nivel competitivo ya no era el mismo, de hecho en la primera edición, Jones abrió con 76 golpes y posteriormente firmó 74, 72 y 72.
Finalizó decimotercero, empatado con otros dos jugadores, ahora curiosamente, en ninguna de sus 46 rondas oficiales en el Masters bajaría del par del campo (72), digamos que con el paso del tiempo, su aporte al golf queda estampado para siempre.

 

Augusta National fue el sueño de Bobby Jones y, pudo concretar con la colaboración de Clifford Robertson
Jimmy Demaret, Byron Nelson, Bobby Jones and Ben Hogan
Bobby Jones y Tommy Armor de compañeros contra Gene Sarazen y Walter Hagen en una exhibición durante una ronda de práctica
El Maestro Roberto de Vicenzo y Juancito Seguar junto al tres veces campeón del Masters, Jimmy Demaret, en la edición de 1951  y, Ben Hogan  

Por:  Fernando Villar

 
EDITORIAL

El Error que costo una Chaqueta Verde

 

     En Estados Unidos corrían vientos de duelo ya que una semana antes, habían asesinado a Martin Luther King y la Guerra de Vietnam entraba en una espiral cada vez más peligrosa que dividía al país entre pacifistas y belicistas.
     Y allí, en el Augusta National, había un argentino que llegaba al club con el título del Open Británico de 1967, la mejor carta de presentación para ser candidato.
     De Vicenzo había jugado su primer Masters en 1950, pero por primera vez enseñaba esa impronta de campeón de quien se alza con un certamen grande. Y soñaba, por supuesto.
     Roberto encadenó tres primeras vueltas de 69, 73 y 70; un acumulado de 212 que lo había ubicado a dos golpes de Gary Player quedando 18 hoyos para la definición.
     Aquel domingo 14 de abril, día de su 45º cumpleaños, De Vicenzo arrancó la vuelta con un águila en el hoyo 1, para luego sumar birdies en el 2, 3 y 8.
     En el séptimo hoyo ya era el líder absoluto y, mientras tanto, Goalby se perfilaba también como candidato al título luego de varios aciertos.
     En el 18, el Maestro se pasó del green y con el wedge quedó a dos metros del hoyo, pero erró el putt y firmó un bogey, para concluir con 65 golpes (-7) y un total de 277 (-11).
      Por su parte, Goalby resolvió una situación compleja en el 18 para un par que le permitió, también con 277 impactos, igualar la línea del ex lagunero de Miguelete.
       Concretamente, a Roberto le molestó mucho ese Bogey, al punto que lo distrajo y lo sacó de foco, digamos que no lo pudo superar, y lo que vino después, fue una tragedia anunciada.
       Quizás influyó el barullo de la gente que merodeaba la zona del control de tarjetas, quizás demasiada para un lugar que necesitaba más privacidad y resguardo.
       Tommy Aaron, su compañero de juego aquel día final, llevó el registro de sus golpes y se equivocó al anotarle un 4 en lugar de un 3 en el hoyo 17, lo que totalizaba una vuelta de 66 golpes y un score de 278 (-10).

       "No creo que Tommy lo haya hecho con intención. Se descuidó, pero el verdadero culpable fui yo, que debí haber controlado la tarjeta para avalarla con mi firma. Y ni la miré", texto que el Maestro repite cada vez que se le consultaba por aquél episodio.

       En los minutos posteriores al torneo, un miembro del Comité Organizador de Augusta le informó que había firmado mal la tarjeta ya que aparecía un golpe de más. Goalby era el campeón por un mal cálculo.
      Aaron estaba desconsolado y Roberto andaba con la mirada en un punto indefinido.
      El mundo del Golf, era testigo del birdie en el 17, sin embargo, ya no había  marcha atrás después de la firma, era cosa juzgada quedó 4 golpes en ese hoyo.
      Durante la entrevista a dúo para la transmisión oficial, en la que se explicó el error y se destacó la caballerosidad del hombre de Ranelagh, Goalby pinzaba su tabique con la punta de dos dedos mientras cerraba sus ojos, cabizbajo, como si estuviese sumido en un lamento infinito

      Mientras tanto, El Maestro Roberto De Vicenzo, si bien se mostraba sonriente,  sus ojos vidriosos delataban una amargura inconsoloable.

       Antes de aquel momento en vivo en TV, entre las autoridades debatieron casi veinte minutos para oficializar la decisión de declarar ganador a Goalby.
       En esa agitación incómoda provocada por la detección del error, Clifford Roberts, co-fundador del Augusta National junto con Bobby Jones, se inclinaba por reconsiderar la situación de Roberto.
       El tema que en la discusión estaban el temperamento reglamentarista de Hord Hardin, presidente del torneo y, de Joe Day, uno de los críticos de golf más reconocidos de la época en los Estados Unidos y también autoridad del Masters.
       Solo faltaba consultarle a Jones, que desde 1948 tenía gravemente afectado el sistema nervioso y pasó sus últimos años en silla de ruedas. Igual, su respuesta podía preverse acorde con su filosofía de toda la vida.
       Bobby Sentenció: "Se ganará el Masters bajo las reglas del golf y mediante un juego superlativo".
        Fue justo allí donde se esfumó el eventual desempate en el hoyo 10  y con ello se sello el adiós a la ilusión argentina.
         A De Vicenzo, su actitud le valió una medalla de reconocimiento por respetar fielmente el libro de reglas. Además, esa noche fue invitado a la cena de honor para el campeón, lo que no había ocurrido jamás ni volvió a suceder en el Masters.
         Entre tanto fue claro que los jugadores apoyaron al Maestro porque entendieron que un descuido no merecía semejante castigo.
         Mientras que los periodistas le preguntaron si hubiese aceptado un desempate. "Yo no acepté ser segundo, acepté el reglamento. Primero están las reglas, la posición es secundaria".
         Esta respuesta es exacta como el libro "Caballero, Golfista, Triunfador", publicado por su amigo Carlos Oliva Funes.
         Al otro día, la repercusiones en los diarios. Todos en su favor. The New York Times escribió: "Millones de televidentes vieron un empate, pero ganó Goalby por un error".
         Por su parte The Washington Post sugirió que se realizara un hoyo extra. Por consejo de Day, Goalby se llamó a silencio frente a todas las críticas que le cayeron e incluso, en 1969, rechazó de plano la disputa de un match a 18 hoyos frente a De Vicenzo por un premio de 90.000 dólares.
         Una suma hipertentadora, teniendo en cuenta que había recibido un cheque de US$ 20.000 por haber obtenido la chaqueta verde.
         Goalby relato: "Cuando llegué al 18 después de la última ronda pensé que había empatado con De Vicenzo.
         Caminé directamente hacia la mesa de la anotación justo detrás del green; fue un poco caótico. Roberto y Tommy Aaron estaban sentados allí, al igual que mi compañero de juego, Ray Floyd, y creo que un oficial. Me preguntaba por qué Roberto todavía seguía allí, porque había jugado dos hoyos delante de mí.
         Recuerdo haberle dicho algo así como 'Supongo que jugaremos juntos mañana', pero Roberto no me respondió nada, parecía perdido en sus pensamientos.
         Luego Doc Middlecoff, periodista CBS, me dijo: 'Acabas de ganar el torneo'. Le contesté: '¿De qué diablos estás hablando?' Miré al tablero y Roberto y yo aparecíamos líderes con -11. Entonces Doc, que estaba al tanto de lo que se decía a través de un dispositivo de TV, me confirmó: 'Roberto arruinó su tarjeta de puntuación".

          De Vicenzo (US$ 15.000 por ser segundo), estaba convencido de que si se hubiera quejado por su gaffe en la aprobación de su tarjeta, o hubiera condenado públicamente a Aaron, de quien siempre mantuvo la máxima confianza, habría sufrido el rechazo general del medio, perdido su prestigio y las chances de ser invitado a otros torneos.

        Superado el tema, no fueron buenas las experiencias de Roberto en el Augusta National después de 1968.
        A medida que evolucionaba en el tablero en los siguientes Masters, el público le empezaba a gritar que no se olvidara de firmar la tarjeta y comenzaba a jugar mal.
        No toleraba ese ruido constante y esas burlas. También, escuchaba comentarios distorsionados de lo que realmente había ocurrido con Goalby.
       "Recuerdo que un espectador que caminaba a mi lado en la cancha le dijo a su hijo: ‘¿Ves?’, este señor es el que se equivocó porque no sabe sumar’, para explicarle al chico que debía aprender Matemáticas".
         Ese murmullo molesto al maestro al punto que lo llevó a desistir de Augusta después de 1975.
         El mundo vio en esa conducta mucho más que las condiciones de un golfista, el planeta se enteró de los principios de alguien que creyó firmemente en los reglamentos.
         Durante esa angustia insoportable, esa autoflagelación ante la TV cuando sentenció "¡Qué estúpido soy!", su honestidad aplastó cualquier especulación o artimaña que pudo haber pensado para salir del mal trago.

          Pero sin duda ese hecho sumado a sus interminables logros, llevo a Roberto a escribirlo en la Historia del Golf como el Caballero del Deporte...

 

Roberto con la mirada perdida aguarda la decisión de las autoridades
La Terjeta con el error en el HOYO 17
Roberto no sale de su estupor. No lo puede creer...
Al otro día, la repercusiones en los diarios. Todos en su favor. The New York Times escribió: "Millones de televidentes vieron un empate, pero ganó Goalby por un error".
Sin duda ese hecho sumado a sus interminables logros, llevo a Roberto a escribirlo en la Historia del Golf como el Caballero del Deporte...
 Durante esa angustia insoportable, esa autoflagelación ante la TV cuando sentenció "¡Qué estúpido soy!", su honestidad aplastó cualquier especulación o artimaña que pudo haber pensado para salir del mal trago.
 

Por:  CK