Julio Madero presenta una alternativa de entrenamienta que mejorará nustro GOLF

 
   En el corazón de Traslasierra, Córdoba, el legendario Hotel Yacanto vuelve a ponerse en el centro de la escena golfística argentina.

   Pero esta vez, no como simple refugio serrano, sino como escenario de una propuesta distinta: una clínica que combina aprendizaje, vino, paisaje y reflexión, bajo el concepto “Entender de Golf y Vino”, liderada por Julito Madero.

    Durante tres días, los participantes viven mucho más que un curso. Se sumergen en una experiencia sensorial y deportiva única, donde el golf se aborda desde un enfoque integral: mental, físico, técnico y emocional. Desde el primer brindis hasta el último hoyo, cada momento tiene un propósito.

    La jornada inicial propone una toma de contacto relajada con la cancha y culmina con una cena maridada que anticipa el tono de la experiencia: precisión, gusto y profundidad. A partir del sábado, los conceptos empiezan a desplegarse. Madero no habla simplemente de cómo golpear mejor, sino de cómo entender el juego.

   En la clínica se abordan diez ejes que desafían las enseñanzas tradicionales. Desde la obsesión por el swing perfecto hasta la reivindicación del swing natural y propio, se promueve una búsqueda personal más que una receta universal. Se alienta a encontrar y usar el propio swing, a conocer verdaderamente la cancha, a respetar las reglas clave y a diseñar un plan de juego realista.

    También hay tiempo para revisar lo básico: el stance, el equipamiento adecuado, y hasta para romper algunos mitos instalados en la enseñanza clásica. Todo esto se complementa con un análisis técnico en cancha, observaciones en tiempo real y una atmósfera distendida, ideal para absorber conceptos sin presión.

    Durante tres días, los participantes viven mucho más que un curso también conecta al golfista con su disfrute. El vino, el paisaje y la gastronomía serrana actúan como catalizadores de una transformación silenciosa. Al final, el jugador no solo mejora su técnica: piensa distinto, juega con otro ritmo y vuelve a conectarse con el porqué del juego.

    El domingo cierra con un torneo informal, premios por actitud, no solo por resultados, y un asado que es punto final y nuevo comienzo.

    Yacanto no es solo un lugar. Es un punto de inflexión. Una pausa entre la rutina y la inspiración. Esta clínica no enseña a ganar más torneos. Enseña algo más importante: a jugar mejor... con uno mismo.


 

 

Durante tres días, los participantes viven mucho más que un curso
Los participantes viven mucho más que un curso
Julito Madero en el Torneo de Maestros en 1997

Por: Redacción de VISTA GOLF